viernes, 27 de mayo de 2016

LOS HIJOS DEL BOSQUE



Los Hijos del Bosque son los habitantes originarios de Poniente, quienes vivían en el continente mucho antes de la llegada de los Primeros Hombres durante la Era del Amanecer. Se estima su existencia desde al menos doce mil años antes del Desembarco de Aegon; aunque su procedencia es desconocida, existían también junto con otras razas antiguas, como los gigantes.
Los gigantes les llamaban woh dak nag gram, "pequeña gente ardilla". Ellos se llaman a sí mismos "aquellos que cantan las canciones de la tierra" en la Verdadera Lengua.
Los hijos del bosque eran de baja estatura, alcanzado los adultos la altura de un niño de la época descrita en Canción de Hielo y Fuego. Su piel era del color de la avellana, moteada con pálidas manchas como las de los ciervos. Eran ligeros, rápidos y gráciles. Tenían tres dedos y un pulgar, con garras negras en vez de uñas. Poseían grandes orejas con las cuales podían oir cosas que se les escapaban a los humanos. Por lo general tenían grandes y alargados ojos de gato del color del oro con la pupila rasgada. Este rasgo les permitía ver en la oscuridad, de ahí a que llevaran un estilo de vida nocturna. Algunos pocos poseían ojos rojos o verdes, rasgo que los caracterizaba como verdevidentes. Sus vidas son muy largas, aunque se desconoce hasta qué edad pueden vivir. Se dice de sus voces que son tan puras como el aire del invierno.
Vivían en los bosques, en cuevas y en islas en los lagos, sin construir pueblos o fortificaciones.
Su mundo era el bosque, que les daba la ropa (hojas y cortezas) y en el cual cazaban ambos sexos por igual. Las armas que empleaban en la caza eran cuchillos de vidriagón u obsidiana, arcos de madera de arciano con puntas de flecha de vidriagón y trampas, ya que no trabajaban el metal. Pero sin duda lo más característico de los hijos del bosque era su religión, que aún perdura de cierta forma hasta la época actual. Adoraban a los dioses del bosque, el arroyo y la piedra, a los dioses sin nombre. Sus sabios, los verdevidentes, tallaban rostros en los arcianos para vigilar el bosque y dominaban algún tipo de magia. También realizaban tallas en las cuevas.

Las leyendas los dotan de poderes sobrenaturales y magia; tenían control sobre los árboles, la capacidad de entrar en la piel de un animal, la habilidad para crear una música tan bella como para hacer llorar a todo aquel que escuchara sus canciones, la verdevidencia (aunque los maestres creen que se trata de un tipo de conocimiento, no de magia) y la habilidad de hablar con los muertos. Cuando mueren se unen y convierten en parte de sus dioses.





Tras la llegada de los Primeros Hombres desde el este, trataron de combatirlos y expulsarlos, luego de que éstos destruyeran y talaran sus arcianos con rostros tallados. Uno de sus primeros actos fue la destrucción mediante magia de la comunicación terrestre entre los dos continentes, de lo cual resultó en el Brazo Roto de Dorne. Pero no fue suficiente y la guerra prosiguió, con ventaja para los Primeros Hombres, más fuertes y con armas más mortíferas que la madera y el vidriagón. Finalmente los Hijos del Bosque y los Primeros Hombres logran un Pacto que termina con la guerra y comiezan cuatro mil años de paz y amistad interrumpidos abruptamente por la Larga Noche y la Batalla por el Amanecer.
Posteriormente, hace unos seis mil años, la llegada de los Ándalos dio inicio a una nueva guerra que duró cientos de años y en la que finalmente los Primeros Hombres y los Hijos del Bosque fueron doblegados y la religión de los Siete se impuso en todos los reinos salvo en el reino de los Stark del Norte que se defendieron gracias a la construcción de Foso Cailin.
En cuanto a los hijos del bosque, los Ándalos los mataron allí donde los encontraron, y destruyeron los arcianos y los rostros tallados, de tal forma que en tiempos de Canción los arcianos han desaparecido prácticamente de las tierras del sur. Los Hijos huyeron hacia el norte más allá del Muro, donde también se refugiaron los lobos huargos y los gigantes.
Es posible que los Hijos del Bosque tengan alguna relación con los Ifequevron o caminantes del bosque de Essos, los anteriores habitantes de los Reinos de los Ifequevron. El asentamiento de estos ya en ruinas, Vaes Leisi, esta compuesto de arboles tallados y grutas encantadas. Algunos maestres creen que estuvieron emparentados.
Existencia actual
Aunque la gente en los Siete Reinos cree que los Hijos del Bosque se han extinguido, hay algunos que todavía persisten en el mundo de los hombres. Un remanente de su población, sesenta Hijos, se encuentra al norte del Muro, en un sistema de cuevas, debajo de una colina.
Hijos del Bosque conocidos
Hoja
Ceniza
Escamas
Cuchillo Negro
Pelo de Nieve
Tizón


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